miércoles, 19 de marzo de 2008

RASGUÑOS


Hay lágrimas que quedan atravesadas,
que se adhieren firmes en el cuerpo
y duelen, pesan y te desgarran.
Son lágrimas que se aferraron a una esperanza y perdieron su forma,
jamás brotarán, ni mojarán, ni alguien conocerá.
Son lágrimas que no llegaron a ser,
porque nadie alcanzó a nombrarlas.
Son suspiros, resoplidos y malos humores,
a veces un grito o una palabra fuera de tono.
Son ojos resecos, grises, la piel opaca.
Son miradas perdidas, una boca tensa, la postura cansada.
Son silencios largos y tristes, son palabras tontas y sin sentido,
son trozos de canciones que tarareas mientras caminas distraído.
Hay lágrimas que quisiera haber llorado y no pude, no quise, no me animé.
Hay lágrimas que de tanto guardarlas terminaron perdidas.
Hay lágrimas que hoy pago no haber conocido.

V.M.


CARICIAS del Dr. "T"

Era un abismo tan inmenso pero tan frágil que solo una caricia podría cruzarlo. Un dedo que jugaba a la deriva por mi espalda despertó cada milímetro de mi piel, y recorrió y se multiplicó en ríos de calor y energía. Cerré los ojos y me dejé ir en el despertar de cada célula. Me perdí en esa inmensidad que solo un dedo distraído podía provocar y bailé con cada sensación a la que él me invitaba. Con un enorme esfuerzo abrí los ojos, quise ver quien era aquel mago, ponerlo a prueba. Sería capaz de llevarme de nuevo a ese mundo tan perfecto, tan pleno? Sonrío seguro y me besó suave, sin apuro. Su lengua probaba, buscaba y encontraba. No había dudas, el placer estaba ahí, concentrado en su boca y en ese dedo que seguía recorriendo mi espalda. Mi cuerpo pidió más y en un segundo estaba desnuda con su cabeza entre mis piernas. Su lengua me tocaba ahora como aquel dedo, con movimientos perfectos que me llevaban y traían dentro y fuera de mi. Retazos de sensaciones sobre mi piel, un brazo fuerte conteníendo mis movimientos convulsivos. Pedí, supliqué, exigí más. Él, obediente, vino a mi, suave, firme, profundo. Todo su ser estaba conmigo. Olas de placer me llevaron a otros lugares, una y cientos de veces. Su voz susurraba, pedía y me invitaba a más: era tan fácil. Sentí cómo su cuerpo absorbía cada suspiro de energía, cada milímetro de mi placer. Yo le daba gustosa, él me había llevado ahí, se lo había ganado. Querés más?, preguntó, y se dejó ir dentro mio. Sentí como se desintegraba, se rompía y moría en mil pedazos. Fue perdiendo de a poco las fuerzas y su cuerpo se volvió pesado, inerte, como una roca que retenía la nada que quedaba de mi. Abrí los ojos y lo corrí a un lado. Respiré de nuevo, volví a la vida. Podía oir el ruido de mi sangre corriendo por las venas, chorros de energía brotaban de mis manos y pies. No necesitaba más, la satisfacción era total.
Él dormía ruidoso, ya nada tenía que ver conmigo.
V.M.


ODA A TUS 20 CM

20 cm y son tuyos los que cuentan:

Cuentan historias de amores y de guerras,
Guerras perdidas en húmedo desaliento,
Desaliento que provoca tu búsqueda,
Búsqueda que encuentra a un cómplice,
Cómplice de aventuras y pasiones.
Pasiones que trascienden la rutina,
Rutina protectora de desenfrenos,
Desenfrenos necesarios en tu vida,
Vida planeada bajo el miedo...

Miedo a verte descubierto.
Descubierto en tu intima esencia,
Esencia que tapas con recaudo,
Recaudo que perdes pocas veces,
Veces que disfruto y festejo.
Festejo intenso, profundo y completo,
Completo de lo efímero del momento.

Momento que no existe en mis registros,
Registros que se suman a mi experiencia.


V.M.

No hay comentarios: