lunes, 6 de julio de 2009

El secreto


Me duele el alma hoy, quizás demasiado, lo esbelto del futuro esta opacado por verdades crudas. La carne se sintetiza en jugosa y roja, ideal para que le sigan haciendo cortes, asarla y fagocitarla muy de a poco. Me estoy quedando seca, cada bocado que carcomen de mi persona representa un vacío mas.
Me pesa la razón, mis manos están desprolijas y no puedo tocarte, estas tan lejos, pero tu voz me arquea la nuca; te extraño tanto.
Se me dispersa la lengua, la baba no me socorre, investigo muerdagos colgados, no tienen la ruta que intento seguir. Me lastime con la esquina de la sombra, estoy esperando que cicatrice y solo sea una marca mas que no se interponga con mis latidos. Se me agolpa la sangre imaginándote mientras el reloj gira cristales de impaciencia y llego a disfrutar la espera que me desborda. Sos tan hermoso como nuestro secreto, quiero olerte el pecado que te hace desearme, estoy mojada una vez mas, tengo sed de tus fluidos ardientes, el vaivén de nuestra imagen contra la pared me hormiguea la entrepierna. Estoy a punto, mordeme desde donde estés, la humedad caliente de tu ansia me provoca aun más. Se que te estas acariciando la sacra indecencia, los botones explotan y ruedan por el pegajoso liquido que tan vorazmente voy a beberme. Falta poco…
Mariana Coronado

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